El PIE DIABÉTICO es una patología que se presenta en personas con Diabetes (tipo I o tipo II) en forma de heridas infectadas, pérdida de sensibilidad y la frecuente aparición de úlceras.

Uno de los principales factores de riesgo de la Diabetes es que los procesos infecciosos se extiendan más rápidamente porque se ralentiza la circulación. Además, en casos de pacientes con una Diabetes avanzada, hay una pérdida sustancial de sensibilidad en las zonas más distales del pie.

Es por ello que el principal riesgo que corren las personas diabéticas es sufrir úlceras en sus pies, ya que al no tener una correcta sensibilidad, el paciente no se percata que sufre une herida, y a su vez, esta no cura adecuadamente porque no recibe un correcto aporte sanguíneo.
Se estima que el 75 % de las amputaciones a nivel de extremidad inferior vienen precedidas por una ulceración.

Además, los enfermos de diabetes suelen ejercer una presión plantar mayor que el resto al caminar como resultado de diversos factores, que agravan también el desarrollo de las ulceraciones:

• – Deformaciones
• – Amplitud articular reducida (sobretodo en el tobillo)
• – Insuficiencia del tejido adiposo plantar

Estas úlceras pueden llegar a cronificarse sin un debido tratamiento.

Los objetivos de tratar al paciente diabético son:

• – Mejorar la función y la calidad de vida, ya que su curación mejora la funcionalidad del pie y permite la correcta deambulación con un calzado apropiado.
• – Controlar la infección, ya que dichas úlceras son la puerta de entrada de microorganismos que pueden afectar a estructuras y planos profundos del pie o acabar, incluso, con la amputación del miembro.
• – Mantener un nivel de salud adecuado.

El tratamiento no finaliza con la curación de la infección o de la úlcera, o con la corrección morfológica, sino que debe extenderse al uso de un calzado adecuado y al seguimiento evolutivo de estos pacientes.

En nuestro centro colaboramos con «CatSalut» (ServeiCatalà de la Salut) que ofrece 3 visitas podológicas gratuitas anuales al paciente diabético, que previamente tiene que ser derivado por el médico de cabecera de su CAP.